domingo, 15 de julio de 2012

UNA PERLA CON SABOR A CACAO Y TÉ VERDE

" El que vive con gracia es virtuoso " me dice Peter. Estamos en un restaurante situado justo al lado de las Ramblas, en el barrio Gótico de Barcelona. El restaurante se llama Luzia la China. La parte de abajo tiene un aspecto italianizado y algo minimalista. Un ascensor nos sube a Peter y a mi a un restaurante chino auténtico ( aunque el personal que nos atiende y cocina - tal y como nos informa una de las camareras- es de diferentes procedencias ). Es igual, Peter da el visto bueno al primer ravioli que hace puente directo entre los palillos que sostiene entre sus dedos y su boca : " Vale la pena ". Esta sentencia nos hace a sonreír a los tres comensales que le acompañamos en este día tan especial (me siento entre Carlos y Teresa ). Peter está bien, estoy comiendo con él, y encima la comida está realmente bien cocinada, y le gusta , y a mi también, a todos no gusta.
 Me viene a la cabeza una frase del capítulo  12 del Tao Te King : " Cinco sabores desbridan ( o embotan ) el paladar humano ". Mis disculpas a Lao Tsé, pero creo que " el que cocina con gracia es virtuoso ", porque consigue que los cinco sabores se integren y armonicen de tal manera que no confunden al paladar humano, más bien equilibran el intestino humano. Cualquier acto o servicio que se lleva a cabo con gracia e íntegramente repercute favorablemente al entorno. Es más " el que come con gracia, también es virtuoso ". Saber comer, saber saborear, con lentitud, sin prisas, agradeciendo y bendiciendo los alimentos. Parece cualquier cosa, pero más de una vez en el Rincón he oído aquello de rumiar la comida para no tener mala leche; y no me extraña, pues el hígado tiene mucho que ver en eso de asimilar bien lo que entra, para poder convertirlo en energía combustible y no en combustión propia o colesterol.
Supongo que el que " respira con gracia es virtuoso " también. En misa me han explicado muy bien como empieza uno a tranquilizarse, y tiene que ver bastante con el hecho de atender la pulsación del corazón al mismo tiempo que se siente la respiración y el hormigueo, todo a la vez. Yo aún no lo he conseguido, ahí vienen más ganas todavía de practicar, claro. Más que con ahínco con Fe. Y cuando uno llega a tranquilizarse, entonces puede venir un descanso total ( que maravilla ) o relajación total. 
Sin en este estado de calma no creo posible que el perfume de amor salga por ninguna parte. Cuando ando nerviosa puedo llegar a ser bastante torpe. Bastante. Con la lengua, con el movimiento, con todo en general. En el evangelio de hoy se ha leído la parábola del buen samaritano. A Peter le ha hecho gracia nombrar al grupo  taichista como Samaritanazado, es decir, cuando de la misma manera que se sirve, deviene la forma en que se ama, cristianamente. No hay otra misión o encargo que éste. Se ama como un buen samaritano cuando uno no se escabulle de lo que le toca ni da un rodeo, se da de verdad de corazón y sin interés o intención. 
El taoísta sirve con Amor, el cristiano sirve sin nombrar a nadie amor mío. De lo contrario sucede la peste de odio, y eso no lo quiere nadie, ¿ verdad ? . Cada uno tiene su propia naturaleza y vale la pena saborear en convivencia la vivencia de cada uno con respeto y humildad. Si dos personas se ponen de acuerdo, Cristo está con ellos. Si hay desacuerdo entre dos personas, significa que éstas no son cristianas. Hay que aceptar a los demás como son, sin intentar poseer ni entrometerse en su manera de ser. Nada fácil, ya. 
El postre ha sido como dicen la guinda del pastel. Pero no he comido pastel. Eran unas bolitas de manteca de cacao envueltas y embebidas en té verde. El principio amargo de este bomboncito da paso a un dulce centro que se deshace en la boca sin más. Si, " degustar los disgustos con mucho gusto " dice Peter con ojos experimentados muchas veces. Es posible que degustando con gracia cualquier acontecimiento, sea del índole que sea, pueda llegar no sólo a ser una virtuosa en el amor cristiano-taoista, sino que es problable que produzca en mi interior ( o tantien ) una maravillosa y suculenta perla de manteca de cacao recubierta con té verde" . No creo que se ajuste a la realidad, pero la idea me encandila de verdad. 
Bajamos por el ascensor y señalo a Peter un ordenador cuya pantalla muestra el plano del restaurante con la  ubicación de las mesas, cuya función es la de, en principio, favorecer la labor y rapidez de los camareros. Peter me responde que eso es complicarse la vida. Que hay que ser sencillo, sincero y manso de corazón, que no confía en la dedocracia ( se refiere al mundo tecnológico, sobretodo a lo referente al uso del ordenador). Es la respuesta de alguien que sabe vivir con lo natural y que confía en la autocuración en medio de una sociedad tan tecnificada como en la que que estamos. Conclusión: se puede llegar a sanar naturalmente y regenerarse viviendo, respirando conviviendo con gracia. 
¿ una perlita de cacao ?
 

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